Todos los años en este día, 22 de diciembre, millones de personas conciben la esperanza de que la diosa fortuna les toque con su varita mágica en el Sorteo de Navidad de la Lotería Nacional. Teniendo en cuenta que en el sorteo entran en el bombo 85.000 números, la probabilidad de que un décimo resulte premiado es:
P (Gordo) = 1/85000 = 0,0000117647

Pero si queremos ser realistas, siendo conscientes de todos los desastres y desgracias que suceden en este mundo, de las cuales nos llega cumplida y detallada información a causa de la globalización mediática, tendríamos que conformarnos precisamente con no padecer alguna de esas desgracias.
Por consiguiente, otra manera de que nos toque la lotería sería: no sufrir un accidente, no padecer una enfermedad importante, no ser víctima de alguna agresión, etc. ; por no hablar de las desafortunadas personas que han nacido en algunos países o regiones en los que, además de las desgracias particulares, sufren las consecuencias de desastres como: catástrofes naturales, guerras, hambrunas, epidemias, arbitrariedades de sistemas antidemocráticos o dictatoriales y un largo etcétera.

Son las dos caras de la fortuna. Puesto que somos realmente meros supervivientes en este mundo imperfecto y ya que de la noche a la mañana nuestra suerte puede cambiar, debiéramos considerarnos suficientemente agraciados, afortunados y, por tanto confortados, mientras no nos toque la lotería al revés.
F.P.
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