viernes, 5 de marzo de 2010

La controversia de la "Fiesta Nacional"

La cuestión entorno a la llamada "Fiesta Nacional" ha generado todo tipo de controversia desde sus orígenes.
Desde su mismo nacimiento como "espectáculo" moderno, en el siglo XVIII, las corridas de toros han sufrido críticas, prohibiciones y han tenido que sortear numerosas dificultades. La nueva dinastía llegada a España (los Borbones), y en general la aristocracia afrancesada, despreciaba estos espectáculos por considerarlos indignos y propios del populacho. Algunos intelectuales ilustrados también criticaban estos espectáculos por considerarlos poco didácticos y una muestra del atraso español.
Posteriormente, se llevaron a cabo varias prohibiciones por parte de los monarcas. Bien hay que decir que fueron en general poco efectivas, ya que las corridas de toros gozaban de una gran aceptación por una gran parte del pueblo que seguía entregándose con entusiasmo a las figuras del toreo. La última vez que se intentó prohibir fue en 1877, pero se rechazó la propuesta en el Congreso de los Diputados por considerarse una medida demasiado impopular. Actualmente, además de España, las corridas de toros están permitidas en: México, Ecuador, Venezuela, Colombia, Perú, sur de Francia y Portugal.
La iniciativa que se debate en el Parlamento Catalán sobre la prohibición o no de las corridas de toros, parte de la ONG "Plataforma Prou".
La Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal ha mostrado una carta del Dalái Lama en la que el líder político y religioso tibetano y Premio Nobel de la Paz pide a los diputados catalanes que apoyen la iniciativa legislativa popular de prohibición de las corridas de toros en Cataluña.

"Creo que existen considerables evidencias -dice el Dalái Lama en la misiva- de que las corridas de toros son una práctica cruel que inflige de forma pública un dolor atroz a animales inocentes y sintientes, por lo que apoyo la ILP promovida por ONGs y ciudadanos catalanes para prohibir las corridas de toros en Catalunya".

Asimismo, el Dalái Lama se dirige a los diputados catalanes para recabar su apoyo: "Hago un llamamiento al Parlamento de Catalunya para que vote a favor de la reforma del artículo 6.2 de la Ley de Protección de los Animales de Catalunya y para abolir definitivamente la excepción que permite las corridas de toros".

El artículo 6 de la Ley de Protección a los Animales de Cataluña, menciona lo siguiente:

Artículo 6. Prohibición de peleas de animales y otras actividades.
6.1 Se prohíbe el uso de animales en peleas y en espectáculos u otras actividades si les puedenocasionar sufrimiento o pueden ser objeto de burlas o tratamientos antinaturales, o bien si pueden herir la sensibilidad de las personas que los contemplan, tales como los siguientes:

a.Peleas de perros.
b.Peleas de gallos.
c.Matanzas públicas de animales.
d.Atracciones feriales giratorias con animales vivos atados y otras asimilables.
e.Tiro al pichón y otras prácticas asimilables.

6.2 Quedan excluidas de estas prohibiciones:

a.La fiesta de los toros en las localidades donde, en la fecha de entrada en vigor de la Ley 3/1988, de 4 de marzo, de protección de los animales, hubiera plazas construidas para su celebración, a las que se debe prohibir el acceso a las personas menores de catorce años.

b.Las fiestas con novillos sin muerte del animal (correbous) en las fechas y localidades donde tradicionalmente se celebran. En estos casos, está prohibido inferir daños a los animales.


De esta forma, el Premio Nobel de la Paz se suma a quienes han dado su apoyo a la Plataforma Prou, poco antes de que empiecen en el Parlament las comparecencias de detractores y aficionados de los toros, un paso previo en la tramitación de una ILP que decidirá finalmente si se prohíben o no los toros en Catalunya.

En el otro extremo encontramos a la Comunidad de Madrid, que a iniciativa de Esperanza Aguirre, ha declarado la "Fiesta Nacional" como "Bien de Interés Cultural". En las últimas horas las comunidades de Valencia y Murcia se han sumado a dicha iniciativa.

Este reconomiento institucional choca frontalmente con la declaración hecha por la UNESCO, máxima autoridad mundial en materia de cultura, que en 1980 emitió su opinión al respecto: "La tauromaquia es el malhadado y venal arte de torturar y matar animales en público y según unas reglas. Traumatiza a los niños y a los adultos sensibles. Agrava el estado de los neurópatas atraídos por estos espectáculos. Desnaturaliza la relación entre el hombre y el animal".

Debido al carácter de símbolo de "Fiesta Nacional", no es lícito utilizar las corridas de toros como estilete político para esgrimir posiciones, tanto españolistas como nacionalistas, por parte de los diferentes partidos políticos. El verdadero debate no ha de ser este.

El verdadero debate es saber si el derecho a mantener una tradición está por encima del derecho al respeto de la dignidad de los animales. El hecho de que cualquier manifestación sea producto de una tradición no significa que deba contar con el apoyo generalizado. Sólo hay que recordar la tradición que todavía hoy existe de prácticar la ablación del clítoris a las niñas de algunas tribus de algunas zonas de África. Por tanto el argumento de que algo que sea una tradición ha de ser respetado por sí mismo se desmonta.

Tampoco se sostienen argumentos tan absurdos como el que sostuvo hace poco el defensor taurino a ultranza Fernando Sánchez Dragó en un debate televisivo:


“el toro, cuando se le introduce la pica y se le escarba con ella, al clavarle las banderillas y en el momento de ensartarle con el estoque, no sólo no sufre, ¡qué va!, sino que incluso genera hormonas de placer”.

Para refutar esta tésis, el doctor en biofísica Jorge Wagensberg, que es profesor e investigador en la Universidad de Barcelona, expone en el siguiente video (grabado en una sesión de comparecencias para debatir la iniciativa legislativa popular sobre la prohibición de las corridas de toros):




Pero entre el extremo de que un parlamento autonómico pueda prohibir las corridas de toros, y de que otros parlamentos otorguen su reconocimiento institucional, lo más probable es que la desaparición de la susodicha fiesta, es solo cuestión de tiempo. Esta reflexión está basada en datos objetivos: en la pasada década de los 70 los interesados en la corridas de toros eran del 55% de los españoles; en los 80 este colectivo representaba alrededor del 50%; mientras que en los 90 las cifras de aficionados se desplomaron, situándose en torno al 30%.
Por tanto, se podría obtener la conclusión de que, a medida que el país se va modernizando, la sociedad avanza, adaptando su sistema educativo a las nuevas realidades y necesidades sociales, que ayudan a transformar, a su vez, nuestras pautas culturales. Por otra parte, la globalización de la información nos permite conocer otras realidades socio-culturales, que facilita la consolidación de principios y valores universalmente reconocidos, promoviendo y fomentando la sensibilidad social hacia la naturaleza y su entorno. También hay que reconocer el esfuerzo de las organizaciones en defensa y promoción del medioambiente y los derechos de los animales. Por estas razones, lo más probable es que, sin necesidad de que hayan mediadores institucionales ni leyes que las prohiban o promuevan, las corridas de toros estén abocadas a desaparecer lenta pero inexorablemente.

Las corridas de toros suelen anunciarse con la frase "con el permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide". Aunque al tiempo se refiera al metereológico, implícitamente podría sugerir lo expuesto en el párrafo anterior. Tiempo al tiempo.

F.P.


La incontinenecia taurina del Sr. Sánchez Dragó

Artículo de Julio Ortega Fraile. Kaosenlared.net


Declaración Universal de los Derechos del Animal

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